Martinique D'Lacroix ... una niña tenebrosa Cap.I
3 de Noviembre de 1871
Todo comenzó una noche nublada y con viento de principios de noviembre en París. Mis padres se habían divorciado y mi madre no estaba como para aguantar a un hijo en plena adolescencia, así que me mandaron a vivir a Londres con un tío paterno... en ese entonces tenía yo 15 años.
Me abotonaba el chaleco en mi estancia cuando Romilda irrumpió en la habitación con lágrimas en los ojos y me abrazó contra su pecho.
- Antoine ¡0h Antoine! me han dado la noticia de que se va usted - sollozaba fuertemente.
- Sí - le respondí con la voz ahogada...
- ¡OH! Lo extrañaré tanto - exclamaba.
- Calma tus ímpetus Romilda - le ordenó mi madre que en ese momento entraba en la habitacion. Mi madre era una señora de 40 años de cabello rubio y tez blanca. Sus ojos azules eran fríos y nada tiernos y yo jamás habia recibido un abrazo de ella, creo que Romilda era más mi madre que la mía biológica.
- Es hora de tomar el carruaje para ir a la estación - me avisó mi madre con voz vacía a lo que Romilda le lanzó una mirada gélida.
Salimos a la calle y ahi estaba un carruaje oscuro con un caballo café.
Subí y mi madre junto a mí... Romilda se quedó abajo. ¿Quién se imaginaría que sería la última vez que la vería?
Partimos rumbo a la estación y el paisaje gris y triste se extendía a mi alrededor...
1 comentarios:
intensa!!! que más puedo decir, tomate un poquito mas de tu tiempo para plasmar lo que esa mágica mente encierra, te quiero mucho, sonrie, se ve bien en tu rostro!!! y recuerda que aveces perder lo que se quiere es necesario para crecer y tener espacio para lo que viene...
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