martes, 25 de agosto de 2009

Martinique D'Lacroix ... una niña tenebrosa Cap.I


Hay muchas formas de comenzar a relatar una historia de una vida, y muchos de esos comienzos casi nunca son interesantes... y el mío no es la excepción.

3 de Noviembre de 1871
Todo comenzó una noche nublada y con viento de principios de noviembre en París. Mis padres se habían divorciado y mi madre no estaba como para aguantar a un hijo en plena adolescencia, así que me mandaron a vivir a Londres con un tío paterno... en ese entonces tenía yo 15 años.
Me abotonaba el chaleco en mi estancia cuando Romilda irrumpió en la habitación con lágrimas en los ojos y me abrazó contra su pecho.
- Antoine ¡0h Antoine! me han dado la noticia de que se va usted - sollozaba fuertemente.
- Sí - le respondí con la voz ahogada...
- ¡OH! Lo extrañaré tanto - exclamaba.
- Calma tus ímpetus Romilda - le ordenó mi madre que en ese momento entraba en la habitacion. Mi madre era una señora de 40 años de cabello rubio y tez blanca. Sus ojos azules eran fríos y nada tiernos y yo jamás habia recibido un abrazo de ella, creo que Romilda era más mi madre que la mía biológica.
- Es hora de tomar el carruaje para ir a la estación - me avisó mi madre con voz vacía a lo que Romilda le lanzó una mirada gélida.
Salimos a la calle y ahi estaba un carruaje oscuro con un caballo café.
Subí y mi madre junto a mí... Romilda se quedó abajo. ¿Quién se imaginaría que sería la última vez que la vería?
Partimos rumbo a la estación y el paisaje gris y triste se extendía a mi alrededor...

1 comentarios:

Blogger karianky ha dicho...

intensa!!! que más puedo decir, tomate un poquito mas de tu tiempo para plasmar lo que esa mágica mente encierra, te quiero mucho, sonrie, se ve bien en tu rostro!!! y recuerda que aveces perder lo que se quiere es necesario para crecer y tener espacio para lo que viene...

27 de agosto de 2009, 9:18  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio