viernes, 28 de agosto de 2009

Tendré que dejar este bLog

No sé que le hice pero a todos los que vuelvan a mi sitio (éste en el que estan) tendre que hacer uno nuevo pero buenoo:/
jajajaja ahorita les paso la dirección

jueves, 27 de agosto de 2009

Martinique D'Lacroix... una niña tenebrosa Cap. II

No sabía si debía sentirme feliz de alejarme del seno familiar por el divorcio de mis padres, pero lo que si sabía muy bien era que no quería estar con mi madre en ese estado.
Después del traqueteo del carruaje llegamos a la estación. Ni una sola alma estaba allí. Mi madre y yo parecíamos fantasmas en una estación fantasma.
Mi tren salía a las 6 de la tarde y en mi reloj de bolsillo confirmé que faltaban doce minutos.
Mi madre estaba parada a mi lado con los labios apretados y formando una delgada y severa línea, si al menos hubiera reído alguna vez en la vida se hubiera visto más joven de lo que parecía ser.
Tac. Tac. Tac.
Me giré para ver quien era el causante de ese ruido y era mi padre que venía caminando hacia nosotros con paso firme sobre el suelo de madera resonando bajo él.
Su rostro no tenía expresión alguna cuando miró a mi madre, pero cuando nuestros ojos se encontraron me sonrió tiernamente provocando que finas arrugas se plegaran alrededor de sus ojos castaños. Ojos que yo tenía. Era muy parecida a mis padres. El cabello oscuro y ondulado de mi padre, sus ojos castaños, la nariz recta de mi madre y su tez blanca. En fin, nunca me consideré demasiado guapo que digamos.
- ¿Qué haces aquí Franck? - preguntó mi madre con una dura sorpresa. Yo deposité mi valija en el suelo y caminé aprisa hacia mi padre quien me recibió con un abrazo.
- Tú sabes que yo no estaba de acuerdo en que se fuera a vivir con mi hermano, pero ya que no respetaste mi decisión quería venir a despedirlo como todo padre debería hacer.
Mi madre lo miró despectivamente y luego se giró.
- Antoine, es hora de irte - ordenó cuando vimos que el tren arribaba poco a poco.
- Adiós papá - le dije abrazándolo.
- Adiós Antoine, cuídate - respondió.
A mi mamá la abracé pero ella no devolvió el gesto así que sin más que hacer ahí me subí al tren.

Mi ángel cazado...


Yendo por el bosque de los sueños soñé que te veía una vez más...

No eras como yo te conocí, eras extraño,

tu cuerpo parecía haber mutado en el más allá

me diste miedo, no lo niego,

pero cuando desperté sentí una nostalgia por aquello

que tuve y que perdí...

No sé por qué anhelo tener lo que tuve sin pensar en cómo será cuando lo vuelva a ver.

Aunque sé perfectamente que hubiera dado todo porque no te hubieras ido...

Por haber visto tu alegría al recibirme y tus enojos cuando

alguien te molestaba...


PD: Amé tu pelo tan manejable...


Espero estés mejor con Dios...

Te extraño Scooby...

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martes, 25 de agosto de 2009

Martinique D'Lacroix ... una niña tenebrosa Cap.I


Hay muchas formas de comenzar a relatar una historia de una vida, y muchos de esos comienzos casi nunca son interesantes... y el mío no es la excepción.

3 de Noviembre de 1871
Todo comenzó una noche nublada y con viento de principios de noviembre en París. Mis padres se habían divorciado y mi madre no estaba como para aguantar a un hijo en plena adolescencia, así que me mandaron a vivir a Londres con un tío paterno... en ese entonces tenía yo 15 años.
Me abotonaba el chaleco en mi estancia cuando Romilda irrumpió en la habitación con lágrimas en los ojos y me abrazó contra su pecho.
- Antoine ¡0h Antoine! me han dado la noticia de que se va usted - sollozaba fuertemente.
- Sí - le respondí con la voz ahogada...
- ¡OH! Lo extrañaré tanto - exclamaba.
- Calma tus ímpetus Romilda - le ordenó mi madre que en ese momento entraba en la habitacion. Mi madre era una señora de 40 años de cabello rubio y tez blanca. Sus ojos azules eran fríos y nada tiernos y yo jamás habia recibido un abrazo de ella, creo que Romilda era más mi madre que la mía biológica.
- Es hora de tomar el carruaje para ir a la estación - me avisó mi madre con voz vacía a lo que Romilda le lanzó una mirada gélida.
Salimos a la calle y ahi estaba un carruaje oscuro con un caballo café.
Subí y mi madre junto a mí... Romilda se quedó abajo. ¿Quién se imaginaría que sería la última vez que la vería?
Partimos rumbo a la estación y el paisaje gris y triste se extendía a mi alrededor...

Cuento de una noche de tormenta...


Te vas dejándome aquí sola

mientras el viento de la cara golpea mi rostro

ciega mis ojos la luz de la luna

pero en mi alma aún sigue la oscuridad de tu amor...


No sea hoy, sea tal vez mañana

que regreses pidiendo perdon

pero desde que te fuiste esta noche

se me ha partido el corazón...


& un corazón roto ya no sirve para nada...

... En lisant le ciel

Holaa bloggers (:,, este nuevo blog espero que me guste y less guste, me encantan los libros y escribir, si alguien quisiera comentar
algo sobre algún libro aqui estoy yo para
opinar y dar consejoss...

Espero y sten bien!!